Tus besos fueron dulzor y amargor de madrugadas con luceros de hielo y fuego. Torbellino de sal manantial de dulce caña. Recital de notas buenas que quedaron en el alma.
Perdón por los besos que no te dí por todas las caricias que no llegué a regalarte. Por los te quiero que no te dije, aunque sabías mi adoración por ti. Hoy en el cielo hay una nueva estrella que alumbrará mi vida. Gracias mamá por todo lo que me diste, y lo que me darás desde donde estés, tu cariño siempre estará conmigo. Algún día nos encontraremos y volveré a llenarte de amor, todo ése amor que tengo desde el primer día que me diste la vida.