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domingo, 1 de diciembre de 2013

ATARDECER EN LOS JARDINES DE ADROGUE

La tarde se va recostando hacia el oeste, estirando las sombras de los tilos como una alfombra de gramilla de distintos colores.
Pequeños reflejos de sol se mueven entre las hojas formando las primeras estrellas sobre el suelo.
Los pensamientos y violetas con sus pétalos abiertos , miran asombrados con ojos oscuros el último sol del día, panaderos se van posando con su delicada suavidad sobre la dama de la noche, que siente renacer sus corolas del sueño diurno. Mientras traiciona la razón del único girasol que creció en el jardín, y debe bajar la cabeza cada atardecer como un arrepentido de no saber amar sin perdonar, sin perder su belleza de parecerce a Febo calco de mirarse eternamente.
Zorzales y horneros, calandrias y gorriones, palomas torcazas, van entregándose a sus nidos prendidos de atardecer.
La rosa ya no muestra su orgullo al igual que la azalea, de a poquito van oscureciendo sus colores y se entregan al canto de los grillos que se adelantan a la noche, en un cielo lejano con anaranjados y rosados, con farolas que abren sus pupilas de fuego iluminando el ojo impar del día.