
que va muriendo ésta tarde
dejando en mis manos
montoncitos de escarcha.
A tiempo en éste invierno que llega
dejando hebras albas ornadas,
en que silencio se esconde
acerbo duro del frío que siento.
Nada queda ésta tarde
solo la fuente donde Ninfas moran,
veo una gota en tus ojos
de mi rostro lágrimas braman.
El cielo se entolda,
insulto arrogante gris fámula,
ya no habrá cantes de amorosos versos
que tus labios manaban.
Solo el recuerdo queda
del aireado revoloteo de tu falda,
cuando corriendo llegabas
celestial encanto por mi deseado.