laceran pensamientos,
torrentes de sangre
emanan mis venas.
Te aprisiono en la tela
te estrecho en mis brazos,
se acallan los sonidos
solo queda tu mirada.
Sencilla melodía del viento
despeinan silencios,
en un ocaso interior
con sabores dulces y amargos.
Puedo sentirlos rodar
por veredas grises,
en calles de Verona
rumores cálidos y helados.
Me encamino hacia Julieta
solitario balcón de cuento,
cuanto amor frustrado
solo la muerte ríe a un costado.
Duro oficio del amante
solo partes compartidas,
entrega de amor ciego
ay! como duelen los te quiero...
