En tu piel de madrugada
descubrí donde se escondía el sol
cada atardecer.
Apenas despuntaba el día
lo dejabas ir.
En tus ojos asomaba el mar,
al abrir tus ventanas
ya desperezadas de camas revueltas,
aún tibias de besos y caricias
que la noche te dejó,
esperabas nuevamente el ocaso
para darme tu calor.
Muy bueno Roberto, muy bueno...
ResponderEliminarMe imagino el sol iluminando sus noches y la luna acariciando sus días...
Me imagino que dejaba ir al sol para que dé luz tus días...
Tal vez Hilda, tal vez...
ResponderEliminar¿que tendrán tan magnéticos para nuestros corazones un atardecer y un amanecer?.
ResponderEliminarCada atardecer será poético o nos recordará un trozo de nuestra vida que se va? ¿ no nos dará el nuevo amanecer, la esperanza de un día que comienza lleno de inquietudes y desafíos?
Habría que llenar nuestra mochila con todos los besos y abrazos, como para sobrevivir el día que comienza...
Marce no se que será, tal vez el comienzo y el final de una vida que debemos vivirla todos los días para aprender a ser mejores...
ResponderEliminarBelo Poema, parabéns, abraços!
ResponderEliminar